Hay amores que nunca se dejan del todo atrás, sensaciones que nunca te abandonan y rincones, como éste, a los que vuelves una y otra vez... porque nunca te has ido.
"Decíamos ayer..." (Fray Luis de León)
Este es el outfit que me puse el otro día para "brunchear" y hacer unas compris. Creo que es un hecho eso de que me estoy haciendo mayor. Y es que últimamente disfruto mucho más de un buen plan diurno que de estar por ahí hasta las tantas aguantando los tacones e intentando lidiar con los empujones en las discos, porque te pongas dónde te pongas siempre terminas estando en el pasillo. Aunque claro... un buen reggaeton me sigue alegrando el alma (ese alma medio choni que debo tener). En fin, ya estoy desvariando como de costumbre; pero el caso es que cada vez me gusta más quedar a desayunar, y cuando estoy en Valencia aprovecho para ir a algún sitio mono a tomar un buen brunch y sentirme como Blair Waldorf. Hay muchos sitios recomendables para ir y mucho más asequibles de lo que se pueda pensar. En este caso fui a La petite Brioche, una cafetería muy mona por la calle Sorní (en el centro de Valencia).
En cuanto al outfit, pues está lleno de prendas que me encantan: los leggins (no hace falta explicar porque recurrimos a ellos una y otra vez), una camisa negra con detalles en terciopelo que me encanta (y que desde que vi que mi Oli Palermo también la tiene, aun la amo más), el chaleco de pelo (¡Viva el pelo sintético!), mi Furla (un amor a primera vista que perdura), mis super gafas (la sencillez no es para unas Prada) y las botas negras (aunque preferiría ir por la calle con las zapatillas de orejitas que llevo para estar por casa).
Shirt, fur vest and leggings: Zara/ Sunglasses: Prada/ Bag: Candy bag by Furla
Y con mi brunch y un bizcocho os digo hasta pronto :-)
XOXO